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martes, 3 de marzo de 2015

Alvaro Cunqueiro: Merlín y familia

Al contrario que en países como Francia o Reino Unido, la literatura hispánica apenas ha cultivado el genero de fantasía. Encontrar un escritor del genero, como tal, es casi imposible, y tenemos que retrotraernos a los románticos del siglo XIX para que por lo menos la fuerza del movimiento literario imprimiera el folclore popular o las leyendas de nuestro país en historias que podrían catalogarse de fantásticas; podemos citar las leyendas de Gustavo Adolfo Becquer como el mejor ejemplo de fantasía clásica. Con la gran tradición que tiene España, sobretodo la España profunda, de poblar sus montes y bosques de fantasmas y criaturas mágicas, unido al temor sacro de la religión y a nuestra convulsa historia nacional, por la que han pasado multitud de pueblos, es increíble comprobar como este tipo de literatura se dejo de lado en pos de una mas realista y costumbrista que, ha día de hoy, la hace poco atractiva al publico general, a mi parecer. Es en el siglo XX cuando encontramos escritores como Wenceslao Fernandez Flores, Ana Maria Matute o Jose Maria Merino, herederos de esa tradición cuentistica, que cultivaron y cultivan el genero de la fantasía con el suficiente acierto como para dignificarlo a día de hoy. Alvaro Cunquerio pertenece también a este grupo y, al igual que Fernandez Flores, utiliza la magia de su Galicia natal como bucólico escenario de su obra... o eso dice.
Merlín y familia vendría a ser una biografía fantástica, del estilo de Manuel Mujica Lainez, del sabio mago de las leyendas arturicas, el cual vino a pasar su vejez a tierras gallegas. Escritas por su paje, ya anciano, nos narra los últimos años de Merlín, que los pasa solucionando problemas con su ciencia y alquimia a personajes pertenecientes como el al ciclo de leyendas inglesas.

Voy a empezar diciendo que el libro no me gusto, y se debe a dos factores, uno es culpa mía, y otro del libro en si, según mi opinión. El primero, escogí este libro en circunstancias en que nadie debería leerlo. Agobiado por los exámenes, deseaba sumergirme en una novela sencilla y fácil de leer, y me encontré con todo lo contrario: un castellano arcaico, castizo, mas del siglo XVI que del XX, y una narración salpicada de menciones a leyendas, personajes del imaginario medieval y medio santoral con sus respectivos milagros y sepulturas. Si hubiera leído este libro en otros momentos, podría haberle dedicado mucha mas paciencia y lo juzgaría mucho mas benévolamente, o no, quien sabe. La otra parte negativa si la achaco como defecto al autor, y es que en ningún momento profundiza en el personaje principal lo suficiente como para poder llamarlo Merlín. Este podría ser cualquier otro sabio de las rías gallegas y nadie lo hubiera criticado, en cambio, tenemos un Merlín estereotipico que nos lanza constantemente referencias a libros, a reinos fabulosos, a personajes de la mesa redonda y a leyendas; y eso, con perdon, no es Merlín. De este defecto podría decirse que adolece el conjunto, pues todo el libro se compone de estas referencias, mejor dicho, todo el libro son constantes referencias a otros sucesos y aventuras en los que Merlín y nuestro narrador se ven involucrados como simples comparsas o, en el mejor de los casos, los que solucionan el problemas. Casi me atrevería a decir que el libro no es una biografía, si no una colección de leyendas arturicas independientes cuyo único hilo conductor es la presencia del sabio y su paje. Otro aspecto que queda descuidado es Galicia. Con todo el potencial celta que tiene Galicia para ambientar una historia arturica, queda completamente eclipsada por la infinidad de menciones a otras leyendas que nada tienen que ver con la tierra de las rías. Al contrario que en El bosque imaginario, de Wenceslao Fernandez Flores, donde los bosques gallegos son personajes propios, en Merlin y familia no importan ni aportan nada, podría estar ambientada la obra en Extremadura y no cambiaría absolutamente nada.

Este es Merlín
Sin embargo, también reconozco virtudes a la novela, no todo puede ser una critica destructiva como en El mundo de Sofia. Un detalle que me encanta de la obra es que todo el universo de Cunqueiro es atemporal, no sabemos en que época se ambienta; por el sentido común y el lenguaje podríamos pensar en una Baja Edad Media, pero son las referencias a Hamlet, al zar, a relojes suizos, a países reales y contemporaneos -y solo es una muestra del aluvión al que nos somete Cunqueiro- las que nos imposibilitan ubicar la historia temporalmente. Hay varias leyendas del conjunto, también, que son muy simpáticas y divertidas, como la del alma del hugonote embotellada o la historia de la princesa liliputiense, donde la magia de la historia nos sorprende como las Leyendas de Becquer. Otras, en cambio, son anodinas, aburridas en el peor de los casos.
Este es Gandalf
Tal vez vuelva a leer el libro en otras circunstancias y pueda valorarlo como se merece, pues tal vez esta halla sido una reseña algo injusta. Obviando esto, no lo recomendaría, salvo si eres un incondicional de la figura de Merlin. Aunque, en ese caso, creo que te decepcionaría aun mas que a mi...

Y esto es un chiste con orejas


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